lunes, 30 de septiembre de 2013

Pensemos en ellos


El mundo de los niños  

"Cómo afrontar bien el nuevo curso

Llega el momento de volver a clase. Los niños pueden emprender el nuevo curso con ilusión  o con ansiedad y temor. La actitud de padres y profesores determina a veces que sea de un modo o de otro. También es importante calibrar el “volumen de trabajo” de los pequeños, en el colegio y fuera. Es estupendo que realicen actividades extraescolares, pero sin sobrecargarlos y hay que considerar también sus inclinaciones y sus capacidades a la hora de elegirlas.


Hay padres que saben que a sus hijos les cuesta ir al colegio; que temen que no estén motivados para aprender materias adaptadas a su edad y que no disfruten de los juegos y de otras actividades. O que sienten mucha pena por tener que separarse de los niños. Es probable que esos niños se sientan inseguros y acaben, en efecto, por no querer ir al colegio. La actitud más positiva, la que más ayuda a los niños, es tener presente lo que les aporta el colegio: aprendizajes instrumentales básicos que les permitirán enfrentarse mejor a la vida (lectoescritura, cálculo, etc.…), valores, habilidades (motrices, de relación, etc.…) …  Además tienen la oportunidad de encontrarse con niños de diferentes culturas, con modelos educativos familiares diversos, que les abren todo un mundo de conocimientos.

Apreciemos en lo que vale la suerte de que los niños sean educados por especialistas y que tengan a su disposición una comunidad educativa que orienta, dirige y apoya, con la que se puede formar un gran equipo para superar el reto que ocupa a todos: la educación infantil.

Por si fuera poco, contamos también con un gran abanico de posibilidades educativas extraescolares: educación musical, deportiva, plástica…, que completan la educación formal y que sirven para disfrutar, si hay tiempo y se pueden compaginar con el equilibrio, el disfrute y la armonía familiares y si encajan con el niño, con sus necesidades, habilidades y gustos.

Es cierto que en ocasiones nos excedemos en nuestro nivel de exigencia y perfeccionismo y sobrecargamos la semana de nuestros hijos programándoles actividades para cada tarde, sin reparar en las necesidades y en la edad de los niños. Pensamos que, si el niño no se queja, es que puede con todo, que  la clase extraescolar de música le relaja y la de gimnasia le ayuda a desfogarse. Pero, en cada clase, el niño tiene que atender, ajustarse a unos horarios y a unos ritmos distintos según las personas y el propio grupo, y eso produce cansancio y, en ocasiones, incluso estrés.

Además es evidente que reduce el tiempo de descanso o de actividades de ocio “no dirigidas”: pensar, imaginar, ensayar, investigar, jugar… tan necesarias para el desarrollo de la inteligencia, el pensamiento, la iniciativa y la seguridad en las relaciones sociales, entre otras cosas. A veces, los padres deciden que sus hijos realicen actividades extraescolares para que no pasen tanto tiempo delante de la televisión o la videoconsola. Mucho más importante que limitar el uso de estos medios  es aprender a decir “no”, educar a los niños para que los utilicen bien y no dejarlos solos frente a ellos.

En definitiva, a la hora de programar un nuevo curso, es importante dejar tiempo para el juego libre, al menos 5 tardes a la semana, porque los niños necesitan tiempo para integrar todos los aprendizajes y emociones, imitar a los profesores y compañeros y entender lo que sucede. Y no olvidemos que la socialización es muy importante en el desarrollo infantil. El juego en el parque, al aire libre, con iguales, aporta flexibilidad cognitiva, ayuda a ponerse en el lugar del otro, mejora el lenguaje, da la oportunidad a los niños de ver las consecuencias de sus actos, de planificar, de seguir normas… Así que, si las circunstancias nos impiden llevarlos o simplemente no nos gusta el parque, vale la pena plantearse que otro lo haga en nuestro lugar."

 Artículo extraído de: www.conmishijos.com/caracola

Mª del Mar García Orgaz
Psicóloga infantil

0 comentarios:

Publicar un comentario