El mundo de los
niños
"Cómo afrontar bien
el nuevo curso
Llega el momento
de volver a clase. Los niños pueden emprender el nuevo curso con ilusión o con ansiedad y temor. La actitud de padres y
profesores determina a veces que sea de un modo o de otro. También es
importante calibrar el “volumen de trabajo” de los pequeños, en el colegio y
fuera. Es estupendo que realicen actividades extraescolares, pero sin
sobrecargarlos y hay que considerar también sus inclinaciones y sus capacidades
a la hora de elegirlas.
Hay padres que
saben que a sus hijos les cuesta ir al colegio; que temen que no estén
motivados para aprender materias adaptadas a su edad y que no disfruten de los
juegos y de otras actividades. O que sienten mucha pena por tener que separarse
de los niños. Es probable que esos niños se sientan inseguros y acaben, en
efecto, por no querer ir al colegio. La actitud más positiva, la que más ayuda
a los niños, es tener presente lo que les aporta el colegio: aprendizajes
instrumentales básicos que les permitirán enfrentarse mejor a la vida
(lectoescritura, cálculo, etc.…), valores, habilidades (motrices, de relación,
etc.…) … Además tienen la oportunidad de
encontrarse con niños de diferentes culturas, con modelos educativos familiares
diversos, que les abren todo un mundo de conocimientos.
Apreciemos en lo
que vale la suerte de que los niños sean educados por especialistas y que
tengan a su disposición una comunidad educativa que orienta, dirige y apoya,
con la que se puede formar un gran equipo para superar el reto que ocupa a
todos: la educación infantil.
Por si fuera poco,
contamos también con un gran abanico de posibilidades educativas extraescolares:
educación musical, deportiva, plástica…, que completan la educación formal y
que sirven para disfrutar, si hay tiempo y se pueden compaginar con el
equilibrio, el disfrute y la armonía familiares y si encajan con el niño, con
sus necesidades, habilidades y gustos.
Es cierto que en
ocasiones nos excedemos en nuestro nivel de exigencia y perfeccionismo y
sobrecargamos la semana de nuestros hijos programándoles actividades para cada
tarde, sin reparar en las necesidades y en la edad de los niños. Pensamos que,
si el niño no se queja, es que puede con todo, que la clase extraescolar de música le relaja y
la de gimnasia le ayuda a desfogarse. Pero, en cada clase, el niño tiene que
atender, ajustarse a unos horarios y a unos ritmos distintos según las personas
y el propio grupo, y eso produce cansancio y, en ocasiones, incluso estrés.
Además es evidente
que reduce el tiempo de descanso o de actividades de ocio “no dirigidas”:
pensar, imaginar, ensayar, investigar, jugar… tan necesarias para el desarrollo
de la inteligencia, el pensamiento, la iniciativa y la seguridad en las
relaciones sociales, entre otras cosas. A veces, los padres deciden que sus
hijos realicen actividades extraescolares para que no pasen tanto tiempo
delante de la televisión o la videoconsola. Mucho más importante que limitar el
uso de estos medios es aprender a decir “no”,
educar a los niños para que los utilicen bien y no dejarlos solos frente a
ellos.
En definitiva, a
la hora de programar un nuevo curso, es importante dejar tiempo para el juego
libre, al menos 5 tardes a la semana, porque los niños necesitan tiempo para
integrar todos los aprendizajes y emociones, imitar a los profesores y
compañeros y entender lo que sucede. Y no olvidemos que la socialización es muy
importante en el desarrollo infantil. El juego en el parque, al aire libre, con
iguales, aporta flexibilidad cognitiva, ayuda a ponerse en el lugar del otro,
mejora el lenguaje, da la oportunidad a los niños de ver las consecuencias de
sus actos, de planificar, de seguir normas… Así que, si las circunstancias nos
impiden llevarlos o simplemente no nos gusta el parque, vale la pena plantearse
que otro lo haga en nuestro lugar."
Artículo extraído de: www.conmishijos.com/caracola
Mª del Mar García Orgaz
Psicóloga infantil
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